era una mujer

En su mano llevaba un pétalo amarillo. Lo tenía guardado suavemente, con la mano ahuecada. Lo llevaba como a un pájaro.
Me dijo que era todo su equipaje.

entonces llegó

Me pareció que se movía un poco, que quedaba un poco atrás aquella sombra, que jugaba demasiado esa línea antes quieta. No sé si fue por todo lo que la deseaba.
La deseaba.
Demasiado solo es este lugar, casi siniestro, casi muerto de antes, casi solo.
Mi casa es esa luna que ves allá.
Ahora tiene una pequeña flor en una maceta debajo de la ventana.

Conectarse

Va caminando por la calle y piensa alguna palabra que lo conecte. Ya viene murmurando literatura y le parece que en realidad no es eso lo que tiene. Entonces piensa cuentos o poesía y tampoco, por eso puso textos, por eso ante cualquier pregunta hubiera dicho textos. Las toscas en la calle lo distraen. También piedra o arena hubieran servido. También viento o mar o no-mar. Sale del pueblo porque todavía está demasiado desierto y en la soledad de esas casas antiguas y abandonadas se siente más terriblemente desconectado.

Idea

Volverá al pueblo.
Mientras mira adelante sentado en esa loma, piensa que la tarde es hermosa, que necesitaba tanto ese silencio, dejar la cabeza sostenida por ese simple silbido, como en el agua, dejar las manos ahí y olvidarlas, mirar simplemente.
Necesitaba un espacio dentro de su mente para que esa idea pequeñita que lo persigue se quedara nítida bailando y fuera un cuerpecito.
Necesitaba pensarla y mirarla al mismo tiempo. Y ahora que había sido ya clara, él se queda tranquilo y mira adelante por el solo gusto de estar solo.
Ya volverá al pueblo y la idea será una melodía.